18 febrero 2011

Alejo y Josefina

Desde que abrí este Blog, recibí y procesé más de 70 relatos sin pausa durante los primeros 2 meses. Fue una labor constante y fluida, hasta noviembre de 2010, cuando empezó el juicio por la muerte de mis padres y otras 22 personas que perdieron la vida en el mismo contexto. En los primeros testimonios salieron a la luz varios casos de chicos, que como yo, fueron llevados al D2, el mayor centro de detención ilegal y tortura de la provincia de Mendoza durante la dictadura. Quise escribir sobre Alejo y sobre Josefina, pero no pude, quedé trabada en sus historias, tal vez porque son tan cercanas a la mía o porque a diferencia del resto, sus historias me llegaron indirectamente, ellos ya murieron y no puedo consultarlos y todo eso hace que sea tan difícil (y a la vez tan necesario) articular un texto que cuente algo más profundo que la simple crónica de lo ocurrido. Pasados casi 3 meses, vuelvo al intento de poner palabras a sus vivencias.

El 9 de febrero del '76,  un ratito después del mediodía, Alejo fue secuestrado junto a su mamà y el compañero de ella. Fueron llevados al D2 dònde su mamá desde el minuto cero fué violada y torturada con reiteración. Él, con solo cuatro años, pasò tres dìas sometido a interrogatorios, hasta que fue devuelto a sus abuelos, mientras que los adultos permanecieron en cautiverio hasta la vuelta de la democracia. Cuando Alejo saliò del D2, no podía hablar. Lo habían dejado mudo y por años, no pudo decir palabra.

El 12 de Junio de 1976, Josefina fue secuestrada junto a su hermanita, su mamá y una compañera de ella con sus 2 hijitos bebés, en un episodio muy violento. Ya en el D2 fue privada como todos los demás, de comida, agua y dignidad  Con cinco años Josefina fue llevada a la sala da torturas, donde fue desvestida y manoseada sexualmente bajo una luz intensa, para que su padre que también estaba secuestrado y continúa desaparecido, la viera desde la oscuridad. En otra oportunidad fue llevada a la terminal de ómnibus, donde los policías le pidieron que señalara si conocía a algún "tio". Ella debe haber sido consciente de la gravedad de la situación, porque al volver a la celda solamente pedía perdón, como si se sintiese responsable de lo ocurrido. Unos días después fue liberada y dos meses despues de haber sido devuelta a sus abuelos, Josefina murió de un disparo que se dió ella misma con un revolver que encontró en una mesa de luz.

A la memoria de ellos, este relato.

3 comentarios:

  1. Se me heló el corazón, la sangre.

    ResponderEliminar
  2. Se me paró el corazón. Entiendo porque te costaba tanto escribir sobre ellos.

    ResponderEliminar
  3. Se me puso la piel de gallina que horror como pudieron hacer semejantes atrocidades, fueron las peores basuras. Una nena, tan chiquita... sin palabras!!!

    ResponderEliminar