21 febrero 2011

Pájaro

En 1976, Perla, la abuela del Pájaro, era una de las presas políticas alojada en la cárcel de Olmos. Él tenía 6 años cuando fue por primera vez a ese lugar a visitarla . Recuerda de entonces, que las almenas que rematan el edificio le habían dado la impresión de que se trataba de un castillo. Desde su perspectiva de niñito, el portón parecía enorme, pero lo más impresionante era el mono de la puerta, que tenía un fierro largo, como un fusil, una ametralladora, o algo así, que vista desde abajo parecía duplicar el tamaño de quien la llevaba.
Entonces, al volver a su casa, el Pájaro dibujó: Un castillo con un granadero parado en la puerta, sonriente, con nariz de payaso y una ametralladora gigante, más grande que el castillo y todo lo demás,  y se le mandó de regalo a su abuelita, a la cárcel.
 Ella llegó a ver el dibujo, con todos los sellos de control por encima, pero los penitenciarios no se lo entregaron, y se lo rompieron en la cara, diciéndole que eso, no lo podía haber dibujado un niño, debía ser de un guerrillero subversivo, o de alguien muy peligroso.

2 comentarios:

  1. Me hizo recordar el relato de Eduardo Galeano "Pájaros Prohibidos"

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  2. siempre me pasa que quiero comentar alguno de estos relatos.. pero a la hora de comentar no me sale nada, me dejan sin palabras, todos y cada uno. Qué bueno que estás historias sí tengan palabras, que tengan este blog, y esta coleccionista. Saludos

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