08 septiembre 2010

Alejandra

A Alberto, el papá de Alejandra, se lo llevaron de su casa el 27 de agosto del 76. Hacía un ratito que él había vuelto de un velorio y ya estaban todos metidos en la cama donde dormían juntos los cuatro, su mamá estaba embarazada de su hermanito. Hacia mucho frío. Golpearon la ventana y la puerta. Su mamá le dijo a su papá que no abriera. Él preguntó qué querían y entonces, rompieron la ventana y la puerta, entraron y prendieron la luz. Alejandra se abrazó a las piernas de su papá. A él lo sacaron de la cama y le dijeron: “- vestite ya!”. Como Alejandra no quería soltarlo, uno de los milicos le pateó la cara y la desmayó.

Cuando se despertó una vecina había ido a ayudarlos. Su mama estaba atada a los pies de la cama. Habían revuelto todo. Rompieron los focos de la luz, se llevaron el dinero y algunas cositas de valor. Cuando su mamá se levantó, se quedaron paradas en la puerta un ratito, con miedo de que todavía estuvieran…Después su mamá la agarró de la mano y corrieron hasta la casa de su abuelo, a 5 cuadras. A su papá no lo vio más.

No quería que se lo llevaran. Trató de agarrarlo lo más fuerte que pudo, pero no pudo hacer nada. Alejandra piensa que él debe haber estado muy triste y preocupado porque le pegaron a su hijita...Ella no tenía más de 3 años entonces, pero recuerda todo...esa noche fue terrible. Esa es su oscuridad. Hoy en día todavía la asusta que le prendan la luz de golpe y le griten, le da mucho miedo.
Cada uno, lo pasó como pudo y algunos podrán decir que esta mina ya esta grande, pero si supieran el miedo que tiene adentro y lo mucho que lo siente…aunque los demás crean que es fácil, para ella es una carga terrible. Es como si la hubieran dejado ahí sentada en la oscuridad, sola. Aunque todos los días la vean seguir avanzando, cuando llega la noche, se le hace tan difícil…y no es que le guste mirar siempre hacia atrás, es que ella siente que quedó ahí, encerrada, sin poder escapar.

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