04 octubre 2010

Caro

Caro tiene un sueño recurrente de su infancia para compartir; lo soñó desde los 4 a los 11 años, más o menos.
Los abuelos del hermano de Caro, tenían en San Luis -donde vivían- un negocio grande, con unas casas al lado, donde había una óptica. 
Ella estaba con su mama, su hermano y sus abuelos en el negocio. La mamá iba a la óptica y no salía más. Después iba su hermano y tampoco salía, entonces, ella también entraba. Al pasar la puerta unas manos blancas huesudas, con uñas largas, le sacaban cortésmente el abrigo y una vez adentro, era un monstruo que los comía. Ella podía salir corriendo y avisar a los abuelos de su hermano, que ese monstruo se había comido a su mamá y a su hermano Roly, pero no le creían y la ponían en penitencia.

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